miércoles, 7 de octubre de 2009

Relaciones cromáticas entre el alcohol, el orín y los poetas.

Alcoholismo de baja intensidad.
El solitario de la xibeca.

A veces me pregunto a qué se debe
que beban tanto los poetas.
¿Será que en el fondo del vaso habitan
antes de ser escritos sus poemas?

Decía leopoldo maría panero que le gustaban,
por ser del color de la orina,
tanto el whisky como la cerveza.

Claro que, cuando uno se emborracha,
la orina es incolora.
¿Será esto la literatura?
¿Habrá que pasarse al vodka?

¿Y si al beber vodka hasta la inconsciencia
uno meara ocre?,
me pregunta un amigo.

Supongo que la respuesta eficaz,
si nos atenemos al imperativo cromático,
pasa por volver al whisky o a la cerveza,
estoy a punto de contestarle,
pero abro un libro de panero
y se me olvida enviar el mensaje.

No se me olvidan, sin embargo, las preguntas:
¿Para qué escribir si las palabras...?
¿Por qué escriben los poetas?
¿Encontraré respuesta en el fondo
de la próxima botella?